Amigos, conocidos y familiares comenzarán a realizar llamadas a nuestro teléfono móvil una vez concluido cualquier encuentro, reunión social, alterne o interacción genérica que mantengamos con ellos para conocer nuestra satisfacción con los servicios ofrecidos. Nos pedirán que valoremos su atención con un cuestionario al que deberemos responder puntuando con un número del 1 al 10, siendo 10 “muy satisfecho” y 0 “nada satisfecho”.

Por favor, no cuelgues

Las encuestas permitirán a nuestras amistades, parientes y otros afectos conocer nuestra opinión en tiempo real acerca de cómo de contentos estamos con su trabajo y si el desarrollo de su actividad ha cumplido con nuestras expectativas. Las llamadas podrán tener lugar al día siguiente de haber estado pidiéndole consejo a nuestro mejor amigo sobre si deberíamos sugerir a nuestra pareja mantener una relación abierta y si sería correcto presentarle a la persona con la que llevamos engañándola medio año, horas después de pedirle sal a la vecina del segundo o justo al terminar la llamada a un primo para preguntarle si se sabe algo de la herencia de tía Ágata. “El avance de las nuevas tecnologías y una competencia más preparada y competitiva nos obligan a invertir en I+D y en técnicas de fidelización. Deberemos despegarnos de viejas inercias y abandonar el amateurismo si lo que queremos es ser la primera opción de nuestros allegados”, explica Josete Leventa, amigo de sus amigos, muy preocupado por la experiencia de cliente y el valor de marca.

Las parejas sentimentales se acogerán por el momento a otro tipo de acciones de marketing relacionadas con la demanda cautiva dentro de mercados regulados.

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