Txarriboda News 704 (01-11-2022)
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El Ministerio del Interior y las diferentes consejerías han autorizado que las sectas que preconizan el fin del mundo puedan inscribirse en el Registro Nacional de Asociaciones, y en los diversos registros generales, como clubes de tiempo libre. De este modo se pretende fomentar el asociacionismo de cara a la debacle económica y social que vaticinan Elon Musk, el consejero delegado de JPMorgan y otros CEOs de grandes empresas para 2023. Diversión en compañía Autoridades y agentes sociales consideran que se debe desestigmatizar a las sectas apocalípticas y dejar de referirse a ellas con recelo por el mero hecho de que promuevan los suicidios colectivos. “Según la asesoría fiscal KPMG, economistas encuestados por The Wall Street Journal y el equipo editorial del Calendario Zaragozano, la que se avecina es comparable con aquella vez que los gerentes del imperio romano permitieron a las tribus bárbaras del norte concurrir a OPEs. Así que si los ciudadanos quieren participar en catas comunitarias de cianuro potásico no somos quién para ponerles un pero”, comenta Blanca Garruta, responsable de catering de la Secretaría General de Bienestar Social. Según los responsables de la medida, ingresar en una secta destructiva que sostenga que una inmolación colectiva permitirá al alma del acólito trascender este plano de la existencia y vagar por el espacio hasta materializarse en una nave que viaja oculta en la cola del cometa Hale-Bopp no va a encontrar ninguna traba administrativa. “Es cierto que pediremos a nuestros prosélitos que nos entreguen todas sus posesiones materiales pero, vamos, nada que no esté haciendo ya Ignacio Sánchez Galán”, explica un señor con túnica que hace cola en el registro. © elkarma.eus |
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