La carrera aeroespacial estadounidense ha sufrido un nuevo revés que podría poner en peligro todo el programa de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) para regresar a la Luna. Al accidente sufrido por la nave Starship de Space X y la delantera que ha tomado la misión Chang’e 5 china, se añade la posible pérdida de uno de los integrantes de la misión Artemis 2, cuyo nombre aún no ha sido hecho público. Fuentes cercanas a la Agencia Espacial Canadiense (CSA) revelan que la madre de uno de los tripulantes no piensa dejar a su hijo abandonar la atmósfera porque en el espacio refresca y el reglamento de la NASA impide ponerse una rebequita por encima del traje de astronauta.

Que no vaya a cuerpo

La decisión de la madre, que cuenta con el apoyo de las asociaciones de padres y madres de alumnos y del lobby de fabricantes de batas de boatiné, es firme y aunque la NASA se encuentra en fase de negociaciones el ambiente que se respira es de pesimismo. “Que no nos vengan ahora con que si las normas, con que si el protocolo de seguridad, con que si el niño es mayor de edad. En el espacio el tiempo es muy traicionero. Lo mismo por las mañanas te hace un sol estupendo que luego por la tarde refresca y hay relente. Y así es como vienen los catarros y luego a Frenadoles todo el santo día”, explica la madre a la prensa, quien dice que ya ha limpiado suficientes mocos en su vida.

Con respecto al impedimento de la agencia espacial norteamericana de que los astronautas puedan ponerse un echarpe por encima durante las actividades extravehiculares, la progenitora asegura que esos trajes especiales son de tactel “del Decathlon” y que no quiere que su hijo pase frío “ni tampoco que parezca un yonqui”.

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