La compañía aérea irlandesa Ryanair ha aprovechado la huelga de pilotos del aeropuerto belga de Charleroi para adelantar la puesta en marcha de su nuevo servicio de viajes hiper ultra low cost mediante catapulta. Técnicos subcontratados de una subcontrata de la aerolínea se preparan en estos momentos para dejar los lanzadores listos en las pistas donde opera Ryanair y está previsto que los primeros viajeros puedan ser catapultados a su destino a finales de esta misma semana. El novedoso sistema pretende descongestionar el tráfico aéreo ordinario y ahorrarse los habituales problemas con la facturación del equipaje, que saldrá despedido junto al propio pasajero.

Sin cancelaciones

Aunque la empresa no ha querido hacer públicos registros de pruebas preliminares para evitar el espionaje industrial, el director ejecutivo de Ryanair, Michael O’Leary, ha garantizado que se trata de un sistema de vuelo totalmente seguro “probablemente”. Si bien las catapultas sólo permiten el lanzamiento de un pasajero cada vez, el ahorro de combustible y de tiempo de revisión y mantenimiento del aparato, “porque una catapulta es una estructura con una goma gorda que se estira y al contraerse manda a lo que esté dentro de la cesta a tomar por… lejísimos, y al no tener motores, ni elevadores, ni cosas de esas pues el mecánico lo despacha en un periquete”, como puntualiza O’Leary, permite maximizar la eficiencia.

La compañía aérea ha pedido disculpas por adelantado si durante los primeros trayectos pudiera darse algún tipo de incidente y confía en que en pocas semanas se haya implementado el sistema íntegro, “incluyendo lo de poner una colchoneta mullida en el lugar donde se estima que caerá el viajero”.

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