Empresas vinculadas al ramo de la construcción y funcionarios de instituciones de ámbito provincial y municipal que prefieren mantenerse en el anonimato “para no presumir” han anunciado que prescinden de los servicios del pirómano freelance que solían contratar acusándole de “vender humo”. Según los contratantes habituales del trabajador autónomo que se dedica a incendiar hectáreas de bosque que, por pura serendipia, acaban siendo recalificados, aprovechando la reforma de la Ley de Montes, para construir urbanizaciones, el profesional les había prometido una intervención “eficiente, rápida e indetectable” pero el resultado ha acabado siendo chapucero, fuera de plazo “y la policía no se ha creído que las latas de gasolina pertenecían a los propios árboles que habían hecho una barbacoa imprundente”.

El universo conspiraba

El arsonista ha negado las acusaciones y ha pedido a las autoridades que sean la mejor versión de sí mismas y sepan dilucidar quién dice la verdad y a quién le mueve únicamente la envidia por negarse a abandonar su zona de confort. El pirómano sostiene que si se piensa en positivo se atrae todo lo que se desea, por lo que no entiende que se pongan en duda su profesionalidad y la viabilidad de sus propuestas, ya que no hay límites, sólo creencias limitantes.

“Con fe y determinación todo es posible. Si visualizas tu éxito este se manifestará en tu vida. Es verdad que alguien también ha visualizado en la zona calcinada restos de una chaqueta con mi nombre bordado y en su bolsillo mi agenda de contactos milagrosamente intacta. Pero, en el peor de los casos, el fracaso es sólo una oportunidad para empezar de nuevo siendo más sabios”, ha alegado el pirómano durante una vista preliminar.

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