John Davison Rockefeller Sr. (Richford, 1839 – Ormond Beach, 1937) fue un asistente de ventrílocuo, coleccionista filatélico de billetes de curso legal, amante de los trenes y filántropo estadounidense. Nacido en una familia de clase media, hereda la habilidad logística de su madre y la capacidad para exprimir económicamente a la gente de su padre, vendedor de gelocatiles caducados en reservas indias. Durante su niñez en Cleveland se dedica a recoger piedras del suelo, pintarlas y vendérselas a sus compañeros de clase tras convencerles de que es mejor tenerlas en un cajón por un módico precio que incrustadas en la sien gratis.

Y con fundamento

En 1858 crea la empresa Clark & Rockefeller. Con los beneficios compra caretas de cartón con su cara y paga a reclutas para que se las pongan cuando marchan al frente, librándose así de luchar en la Guerra Civil. Durante la contienda amasa mucho dinero invirtiendo en alimentos, ropa de campaña, postales recuerdo de Gettysburg y funkos de Lincoln. En 1863 compra en una subasta la parte del negocio de su socio Clark, de quien nunca le gustó ni su flequillo, ni sus gafas, ni que abandonara el lugar en los momentos más inoportunos para luego reaparecer saliendo de una cabina de teléfonos. A partir de entonces se dedica a refinar petróleo, incapaz de diferenciar el tenedor del pescado del de la carne cuando está recién extraído. Practica con sus competidores la política del “Fright or death” (“Susto o muerte”) y les pregunta si prefieren ver quebrada su empresa o su fémur por un accidente tonto en un callejón oscuro. En 1870 funda la Standard Oil, que no sólo comercializa el petróleo sino también sus derivados, como queroseno para quinqués, nafta o cereales de desayuno. En 1882 crea la Standard Oil Trust pero el Tribunal Superior de Justicia de Ohio decreta que se trata de un monopolio ilegal y le obliga a disolver la compañía, que se divide en 37 corporaciones más pequeñas. Rockefeller confiesa que siempre fue más del Trivial. Hacia 1892 desarrolla enfermedades digestivas por su manía de creer que lo rico de las ostras está en la cáscara. Se jubila en 1911.

Fallece a los 97 años de una cardiopatía isquémica sin haber logrado lanzar a bolsa la Virgen Extra Oil.

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