Vera Nikoláyevna Fígner Filíppova (Kazán 1852 – Moscú 1942) fue una pedagoga, paramédica y ensayista rusa que consagró su vida a la creación de grupos de lectura especializados en la literatura de terror. Nacida en el seno de una familia aristócrata ruso-alemana, se siente muy frustrada desde la infancia cuando juega con los siervos, estos se rompen enseguida por sus malas condiciones de vida y hay que comprar otros. Tras la Emancipación de 1861 debe buscarse otros hobbys y se centra en la lectura de terroristas clásicos como Mary Shelley o Edgar Allan Poe. Harta de leer sobre cuerpos desmembrados quiere verlos personalmente y, pese a la negativa de sus padres, en 1872 decide estudiar medicina, algo prohibido a las mujeres en Rusia, por lo que se casa con Alexéi Filíppov, ahorra dinero, vende la dote y viaja a Zúrich.

El gore también lo trabajaba

En el país alpino entra en contacto con un grupo de exiliados, el Círculo Fritsche, antecedente del Círculo de Lectores. En 1875 regresa a Rusia y se une al movimiento Naródnik, que pretende crear talleres de lectura para revitalizar la literatura de terror rural frente al anquilosamiento estilístico del zarismo, más partidario de las comedias urbanas y las antologías de chistes de gangosos. Hacía 1879 la asociación se divide entre la facción antiterrorista Cherny Peredel (Repartición Negra), que quiere centrarse en las novelas de detectives y los libros de autoayuda, y la facción proterrorista Naródnaya Volia (Voluntad del Pueblo), más enfocada a relatos de zombies, hombres lobo, asesinos en serie y registradores de la propiedad. Fígner se une a esta última, manteniendo su compromiso con el género, y se convierte en miembro del Comité Ejecutivo. En marzo de 1881, durante una de sus campañas de proselitismo puerta por puerta, entrega a Alejandro II un ejemplar en rústica de El Vampiro, de Polidori, que le causa mucha impresión y se muere. Algunos historiadores revisionistas sostienen que el zar falleció a causa de las heridas provocadas por un maletín bomba, pero parece una tesis un poco cogida por los pelos. En cualquier caso Fígner es detenida y condenada, primero a muerte y luego a susto, por lo que pasa 20 años en prisión, sin que le dé tiempo a terminarse Moby Dick, de Melville, obra que considera un burdo plagio de Godzilla. A la salida de prisión se dedica a dar charlas TED por Europa sobre la pertinencia o no de publicar tu foto en la solapa de los libros.

Fallece a los 89 años, cuando una neumonía expropia a sus pulmones de los medios de producción de oxígeno.

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