octubre 17, 2015

Península Histérica: Trueba

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En pleno bombardeo nacionalista (español y catalán) y aturdido por la guerra sucia que acompaña a esta campaña electoral catalana, las declaraciones de Fernando Trueba al recoger el premio nacional de cinematografía durante el Zinemaldia donostiarra suenan como música celestial en mis oídos.

Que la mayoría de los medios lo despedacen por ofender al espíritu de la tribu no hace más que acrecentar mis simpatías. Que alguien, en plena cacofonía del sentimiento nacional de una u otra bandera, tenga el valor o la inconsciencia de afirmar en público que la patria y la nación no le roban ni un minuto de su tiempo, puede no ser del gusto de la mayoría; pero debería ser tan respetable como que a uno se le infle el pecho cuando ve tremolar su bandera. Sucede, pero, que quienes habitualmente se agitan tras un himno o una sentimiento nacional consideran que quienes gustan de mantenerse al margen son o bien unos separatistas o bien unos conformistas con la legalidad imperante.

Todo el mundo debiera de tener derecho a constituir libremente la comunidad que desea formar y en la que desea vivir, pero no es menos respetable la creencia de que una comunidad libre de banderas, himnos y sentimientos patrióticos sería más acogedora y digna de ser vivida.

Miguel Fernández © humorenlared.com

 

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