La polémica levantada hace semanas por el trailer de La Sirenita, en el que la actriz Halle Bailey interpreta a Ariel, dividió al ya polarizado público entre wokes entusiasmados por el recast de Disney y fans rigoristas tóxicos que no entendían que un personaje de fantasía pudiera tener un color de piel que no se ajustara al canon. A la espera de que Hans Christian Andersen se manifieste al respecto, ouija mediante, queda patente que el verdadero dilema es hasta qué punto el público es consciente de que esas decisiones sobre adaptaciones ‘ethnicfriendly’ no obedecen a un progresismo cultural sino a una necesidad de ganar audiencias congraciándose de manera forzada con sectores de población tradicionalmente subrepresentados. (Más…)
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