Los incendios que arrasan ya una superficie casi igual a la suma de las de Bizkaia y Gipuzkoa podrían servir para algo más que echar leña al fuego en la política española. El presidente Pedro Sánchez ha ofrecido al ruso Vladimir Putin y al ucraniano Volodimir Zelenski el erial de la España calcinada que más les apetezca para iniciar conversaciones de paz. Sánchez cree que se sentirán como en casa, especialmente el ucraniano. Según Luisa Ynete, adjunta al primer vice director del adjunto al jefe del gabinete del ministro de Asuntos Exteriores, “lo de Suiza como propone Macron está más visto que el BOE y aquí lo del ‘alto el fuego’ ya va en el paquete básico: 30 metros de alto han alcanzado las llamas”.

Turismo post rural

Repartida entre diversas comunidades autónomas del occidente español, que ya pugnan por hacerse con la sede de la cumbre entre Rusia y Ucrania, la superficie quemada alcanza las 391.581 hectáreas. “La mayor parte, 340.000, en agosto para que digan que ese mes no se trabaja”, subraya Agustín Flamable. El incendiario y presidente de la Federación Ibérica de Amigos del Monte Arrasado (FIAMA) vaticina que la “interesante” propuesta de Sánchez se topará con la incomprensión de las tertulias mediáticas. “Están llenas de expertos en incendios forestales que no ven el potencial del turismo post rural”, denuncia Flamable.

Según el periodista Trashcan Manner, el presidente norteamericano Donald Trump ha dejado caer que si le montan un campo de golf decente podría acudir a la cumbre también. Y que tampoco le importaría echar un vistazo a los terrenos edificables recién surgidos en esa parte de México.

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