Usar auriculares en transporte público sin que emitan música alarga la vida. Sobre todo la de quienes rodean a quien los emplea así. Lo confirma un estudio conjunto de la Universidad Politécnica de la Comarca y el Centro para la Convivencia Cooperativa en Mordor. Según la socióloga María de la Solución Final el empleo sistemático de auriculares enmudecidos inhibe “hasta un 13%” los impulsos de estrangular a los compañeros de autobús, vagón, ascensor o contenedor de residuos orgánicos. “Especialmente a esos que reproducen música por el altavoz de su móvil o mantienen conversaciones con el manos libres. Con lo del olor corporal no inhibe tanto…”, matiza Final.

Aquel ritmillo

El psicólogo Armando Paminas añade otra ventaja a usar auriculares sin sonido. “Ahorra la batería que necesitarás para grabar un vídeo chulo de la agresión que se producirá, tarde o temprano, ante tus ojos”. Para Paminas, la manera óptima de usar auriculares mudos es acompañarlos del lenguaje no verbal. Cree que conformarse con no perder audición, otra ventaja más, es “de perdedores” cuando puedes generar a tu alrededor una burbuja de aislamiento social. “Yo recomiendo recorrer las caras de la peña con la mirada, sin detenerse más de medio segundo en cada viajero, moviendo suavemente la cabeza”, explica. Según María de la Solución Final las recomendaciones de Paminas pueden tener consecuencias indeseadas sobre todo en “individuos con gafas de complexión enclenque”.

Paminas, que casualmente usa gafas y es de complexión enclenque, está convencido de que añadir a su recomendación primera muecas y tics convenientemente fugaces tipo ‘Cuando llegue a la oficina agarro el hacha sin falta’ o ‘Qué feos sois todos y yo el primero’ también puede ayudar a tener una vida más feliz.

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