Un caballero jedi que padece de estreñimiento severo ha confirmado que la Fuerza no le está sirviendo de gran cosa. Según el miembro de la Orden, el campo de energía místico que conecta a todos los seres vivos en la galaxia viene muy bien para levantar naves espaciales hundidas en pantanos o para convencer a agentes de la guardia urbana de que no necesitan que les enseñe el permiso de conducir y los papeles del coche tras haber recibido el alto por conducir a 130 km/h en las inmediaciones de un colegio, pero que a la hora de evacuar no resulta de mucha utilidad. El jedi ha comentado que por mucho que use la Fuerza sigue pasándose horas sentado en la taza del váter sin obrar. Explica que cada vez que entra en el baño observa el retrete y se dice a sí mismo que o lo hace o no lo hace, pero que no lo intente. Sin embargo por mucho poder místico que aplique, la cosa sigue sin ir ni para alante ni para atrás.

Más triglicéridos que midiclorianos

A pesar de que el gastroenterólogo le ha dado cita para noviembre, el jedi ha tratado en numerosas ocasiones de usar sus habilidades, pero por mucho que se concentre en el momento, sienta, no piense y use su instinto, continúa sin lograr evacuar. “Se supone que la fortaleza fluye de la Fuerza, pero aquí no fluye nada, y empiezo a tener el bajo vientre más hinchado que los cojones de Han Solo cuando Luke le pegó un morreo a su hermana”, reconoce impotente.

Aunque ya ha probado con la telekinesis, e incluso a dar una de esas volteretas dobles para que la energía cinética favorezca el tracto intestinal, aún no ha conseguido soltar ninguna deposición, circuntancia que ya comienza a asustarle y cabrearle un poco. “El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio y el odio lleva al sufrimiento. Y ya la almorrana ni te cuento”, explica el Jedi, quien teme que mezclar el Evacuol con remolacha pueda llevar a sus heces al lado oscuro.

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