Una persona traqueotomizada ha comentado que antes se podía hablar de cualquier cosa. El hombre, aquejado de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), prefiere mantenerse en el anonimato “porque las redes sociales son una jungla en la que te crucifican por opinar con libertad”. Aunque se considera apolítico, “de derechas de toda la vida”, cree que la polarización de la sociedad y la cultura de lo políticamente correcto han provocado que ya no se pueda expresar libremente. Afirma con rotundidad que en los 80 y en los 90 él podía hablar con total claridad y nadie le montaba un drama por sus palabras ni ponía caras raras durante su discurso. Recuerda en hilos de X y comentarios en Facebook, tardes en el bar años atrás, entre cigarrillo y cigarrillo, en las que hablaba de cómo estaba el panorama y lo que había que hacer para acabar con toda la chusma que estaba llevando al país a la ruina, “sin suspicacias ni mariconadas”.

Alzar la voz

El hombre traqueotomizado tiene la sensación, según se desprende de sus audios publicados en grupos de WhatsApp y compartidos por sus allegados, de que antes la gente le comprendía pero que ahora parece que se expresa en otro idioma, a juzgar por las miradas que recibe cuando comenta cosas como que los toros no sufren en las corridas, los inmigrantes nos invaden sin que el gobierno socialcomunista haga nada o las series de Netflix tienen demasiados negros. “Mariló Montero tiene razón. Ya no se puede hablar de nada. A mí me pasa. Y estoy seguro de que a más gente. Pero se calla por miedo a la cultura de la cancelación. ¿Que no me entiende? Vaya, otro puto woke de mierda…”, lamenta con voz metálica.

El hombre intervenido quirúrjicamente cree además que la falta de libertades comenzó cuando prohibieron fumar en los bares.

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