Batman ha anunciado en redes sociales que pretende hacer de su capa un sayo. El paladín de la ciudad de Gotham, conocido por su cruzada personal en contra del crimen, organizado o de menudeo, afirma ser conciente de que su decisión supone un giro copernicano en su trayectoria y modus operandi a la hora de enfrentarse a los delincuentes, pero que una vez tomada nada le hará cambiar de opinión. El comisario Gordon, su aprendiz con contrato de relevo Robin y otras fuerzas vivas de Gotham han expresado su deseo de no contrariarle, pero no entienden tanta vehemencia y alaraca cuando es conocido que el Caballero Oscuro lleva toda la vida actuando con libertad absoluta e independencia, tomando decisiones según su propio criterio y sin dar explicaciones a nadie. Batman se ha apresurado a aclarar que pueden “meterse el escepticismo y el refranero general español por el culo”, pero que él sigue empeñado el cambiar su uniforme por una túnica holgada porque ha echado tripa y le tira la sisa.

Hacerlo a gusto

“A ver, que quien dice hacer de mi capa un sayo dice del uniforme completo. La capa vendría siendo lo de menos. No sé, creo que para forrar a hostias al Joker es mejor una prenda holgada. Que luego el spandex del buzo me deja marca y hace feísimo”, matiza Batman. El mayordomo Alfred Pennyworth no ha querido entrar en polémicas pero admite que su empleador no se siente cómodo con el ceñido traje de murciélago con el que lucha contra el mal desde que abandonó el ayuno intermitente.

El mejor detective del mundo tampoco se quiere empecinar en lo del sayo y podría estar valorando “un caftán a lo Demis Roussos, o un chándal de Tactel”. Alfred sospecha de tanto confort y se teme que en cuanto Batman se pruebe unas zapatillas de felpa “este ni sale ya de casa por las noches”.

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