Varias asociaciones de padres de alumnos han pedido a las diferentes gobiernos autonómicos que el cierre de aulas se produzca “con sus hijos dentro”. A pesar de que, según las autoridades, comienza a aplanase la curva de la tercera ola de coronavirus, los progenitores no descartan que un eventual nuevo confinamiento domiciliario pudiera encerrarles en casa “con esas pequeñas bestias” si no se aplica la medida propuesta.

Balones fuera

“¡Estabilización de la pandemia y mis ovarios 33!”, expresa elocuentemente Gemma Chetazo presidenta de una AMPA de Huesca, que todavía tiene pesadillas recurrentes y ataques de llanto cuando recuerda los meses de marzo y abril del año pasado. “A nosotros que cierren las aulas de Educación Infantil ante la aparición de nuevos contagios nos parece requetebién. Con llave a poder ser. Pero creemos que no les cuesta nada dejar a los alumnos dentro, ¿no? Si hace falta ya mandamos a la abuela a que les lleve el saco de dormir. Y con lo que pagamos de comedor escolar que les dejen entregas de Just Eat en la puerta cada dos o tres días”, sugiere Chetazo, que considera que las administraciones “no deberían delegar responsabilidades en materia de soportar a nuestros hijos”.

De acuerdo con datos manejados por el Ministerio de Sanidad, el miedo a un futuro confinamiento familiar ha disparado la venta de ansiolíticos, antidepresivos, medicamentos para la migraña y cloroformo, y ya ha alertado a los servicios sociales ante una hipotética nueva oleada de niños abandonados en gasolineras sin justificante de desplazamiento.

© elkarma.eus