El Gobierno tiene previsto proponer al Congreso de los Diputados una nueva reforma del Código Penal para que los delitos más graves sean castigados con entrevistas de Jordi Évole en horario de máxima audiencia. La medida pretende someter a los infractores al escarnio público y aparecer en memes, comentarios de redes sociales y chistes facilones en viñetas de periódicos.

Mano dura

La Proposición de Ley Orgánica, que podría ser presentada en el Congreso para su votación en próximas fechas, supondría, de aprobarse por mayoría absoluta, un endurecimiento de las penas sin precedentes. “Sediciosos, haters de twitter o ciudadanos que se salten el toque de queda y lleven la mascarilla en el sobaco se lo pensarán dos veces antes de delinquir si saben que se enfrentan a ser entrevistados en Lo de Évole”, explica Patxi Katilo, asesor en materia de globos sonda y polisemia jurídica para el Ministerio de Justicia. “Una condena de cárcel se puede hacer llevadera y luego te pueden dar el tercer grado y acabas de becario en un bufete de abogados, que tampoco se lo deseo a nadie, pero dos horas con Évole se hacen eternas. Perpetuas no revisables, si prefieren”, argumenta Katilo después de recibir un burofax de Atresmedia en el que se especifica que los uniformes de los reos no pueden ser de rayas porque hacen efecto Moirè en pantalla.

Varias organizaciones de derechos humanos han mostrado su repulsa ante la medida por considerar la pena desproporcionada y contraria al principio de reinserción debido a que “la entrevista puede provocar secuelas imprevisibles e irreparables de por vida”.

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