El humano deforme Sloth Fratelli, popular por su participación en la película de 1985 Los Goonies, ha pedido a sus fans “y a la humanidad en general” que no se refugien más en la nostalgia para tratar de huir de una realidad reconfigurada por la pandemia y afronten el futuro con entereza “porque eso significa madurar”.

La melancolía no es rentable

“Como decía Goethe, la vida es la infancia de nuestra inmortalidad. Así que, por muy dolorosa que sea la cotidianeidad, pasarse el día hablando de los años 80, a pesar de haber nacido a finales de los 90, no sólo no es sano sino que resulta bastante coñazo, la verdad”, afirma el más joven de la famosa banda de delincuentes, saqueadores de bienes del patrimonio cultural y secuestradores de niños con sobrepeso, justo cuando acaba de ser revocada su participación de los royalties de mercadotecnia de la película. El mensaje de Sloth forma parte del corpus de una serie de conferencias de mindfulness que comenzará a impartir por universidades, convenciones de negocios y hogares del jubilado de todo el globo. Su pubertad marcada por los abusos de una madre con cara de secundario cómico o la adicción a las barritas de chocolate BabyRuth le han llevado a desear compartir su experiencia a través de ponencias sobre superación personal. “Durante la terapia para tratar mi trastorno obsesivo-compulsivo con Superman conocí a Nicholas Cage, que me ayudó a superar mi ruptura con Gordi, me disuadió de querer destripar como a un cerdo a Corey Feldman y me encauzó hacia el coaching motivacional”, recuerda entre gritos guturales.

Sloth asegura que nunca se ha sentido como un juguete roto, “ni siquiera después de aquel fin de semana en una cabaña del bosque con Harvey Weinstein” y que continúa vinculado al mundo de la interpretación, colaborando con compañías independientes del circuito de los circos de freaks y en montajes de microteatro.

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