El rotífero bdeloideo, microorganismo resucitado recientemente por científicos rusos tras haber permanecido inerte en el permafrost siberiano, ha pedido que le dejen dormir “cinco minutitos más” y que luego, “ya si eso me levanto, desayuno y me voy poniendo al día, porque sin un café no soy persona”.

Siesta larga

La comunidad científica internacional se siente muy emocionada ante la vuelta a la vida del rotífero después de 24 milenios en proceso de criptobiosis. “Empecé, así a lo tonto, con eso de la autofagia, o sea, lo de no cenar, y poco a poco fui aumentando la frecuencia del ayuno intermitente hasta terminar paralizando mis procesos metabólicos. A lo mejor fue un poco drástico, pero miren que tipín se me ha quedado”, declara el rotífero mientras se quita una legaña y ruega que le dejen un rato más en la cama, que ya se pone él la alarma. Microbiólogos de todo el mundo celebran la noticia aunque no ocultan su preocupación por la capacidad de adaptación del rotífero a la sociedad actual. “Son microorganismos capaces de sobrevivir al secado, la congelación, la inanición y la falta de oxígeno, pero no sabemos si podrá soportar el reguetón, el Tik Tok, o, dios no quiera que tenga que pasar por eso, los videos viejos en Youtube de JPelirrojo”, explica Nikita Artamudo, citobiólogo y asesor internacional de Pescanova.

El equipo de investigadores responsables de la aclimatación del pequeño animal multicelular ha recopilado varios temarios de selectividad para que se vaya poniendo al día sobre lo sucedido en los últimos 240 siglos. “El microorganismo se reproduce por partenogénesis asexual, pero de momento, por si acaso, vamos a evitar hablarle de Tinder o Grinder para evitar distracciones”, concluye Artamudo.

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