Vladimir Putin y Joe Biden han acordado postponer el estreno de la Tercera Guerra Mundial para no coincidir en la cartelera con el brote de Ómicron, lo que podría repercutir negativamente en la taquilla. Según han hecho público la secretaría de Estado de EE.UU. y el gabinete del premier ruso, “un Apocalipsis nuclear exige una inversión elevada, tanto en producción como en promoción, como para que luego pase desapercibido, y si no que se lo digan a Lana Wachowski”.

Ya falta menos

La invasión de Ucrania por parte de Rusia para que los Estados Unidos puedan intervenir en suelo europeo, que en un principio estaba anunciada para fechas próximas, sufrirá una demora consensuada entre los estudios, los distribuidores y los exhibidores. “Llevamos mucho tiempo esperando, pero entendemos que si los medios están copados con noticias sobre test de antígenos, cuarentenas escolares, manifestaciones de antivacunas, reyertas contra el certificado COVID y orgías ilegales de positivos, una operación bélica de esta envergadura no iba a alcanzar la repercusión que inversores y espectadores se merecen”, informa Volodimir Zelensk, presidente ucraniano, mientras revisiona con melancolía el teaser lanzado en 2014. Todas las partes involucradas han desestimado el estreno de la escalada militar en streaming a través de plataformas digitales, ya que “una superproducción de estas características fuera del teatro de operaciones no se disfruta igual”.

Aunque aún está por determinar la nueva fecha, miles de fans de la región del Donbáss ya han comenzado a hacer cola en los cuarteles de Donetsk y Lugansk con cosplays de sus paramilitares favoritos.

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