Txarriboda News 552 (03-05-2022)
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Los mosquitos africanos y el parásito plasmodium, causante de la malaria, han acordado renovar su convenio de colaboración una temporada más para hacer frente común contra la vacuna del paludismo y el cambio climático. El aumento de las temperaturas en el continente está provocando que los insectos dípteros deban migrar a climas más templados para poder continuar con su actividad ante la pasividad de organizaciones como Greenpeace o Ecologistas en Acción. La insolidaridad humana El acuerdo permitirá a la protista anticomplejos plasmodium mantener su labor parasitaria aprovechando la infraestructura y logística de distribución del mosquito Anopheles, muy perjudicado por las medidas sanitarias aplicadas contra la pandemia de coronavirus. La entente pretende afrontar la segunda mitad de 2022 con la esperanza de mantener la cuota de los 800.000 muertos anuales, a pesar de las dificultades climatológicas que genera la acción del hombre. “El calentamiento global está comprometiendo nuestra supervivencia por encima de los 40º, así que, si las cumbres del clima no lo remedian deberemos cerrar nuestras factorías en el Sahel y trasladar la producción de larvas al África oriental, algo más fresquita, con todo lo que ello implica para las familias, por no hablar de posibles brotes de xenofobia que podamos encontrarnos por esas latitudes”, explica el mosquito portavoz de la plataforma ‘Salvemos el Paludismo’. La renovación del convenio de colaboración entre el parásito y el insecto vector también tratará de reforzar la inversión en I+D para intentar resistir ante el “genocidio que la OMS está llevando a cabo impunemente con su nueva vacuna de destrucción masiva”. © elkarma.eus |
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