Colectivos por la defensa de los derechos de los eulipotiflos han reclamado que las musarañas se puedan acoger a lo que dicta la Ley Orgánica 1/1982 de derechos de imagen. Estas asociaciones consideran “una vulneración imperdonable” que estos mamíferos placentarios no perciban ningún tipo de rendimiento económico por su actividad “cuando cada día tantos y tantos millones de personas se pasan las horas muertas mirando a las musarañas”.

Defender lo que es suyo

La reclamación pretende que las musarañas se encuentren jurídicamente a la misma altura que los deportistas de élite, artistas o concursantes de Supervivientes, ya que “su contemplación es una práctica común entre la población, como queda reflejado en el refranero popular, y no tiene ningún sentido que esta situación no esté protegida por la ley en materia de percepción de ingresos”. Muchas musarañas han venido denunciando a lo largo de los años que les resulta muy difícil continuar con su modo de vida si no se les garantiza algún tipo de remuneración. “Viven en una situación de precariedad, con una economía de subsistencia. No hay derecho a que tantos seres humanos dediquen su ocio, incluso parte de su tiempo de trabajo, a mirar a las musarañas sin que estas vean un euro. A eso se le llama explotación”, explica Penélope Queñita, trabajadora social que suele asistir a gatos que aparecen en redes sociales.

La propuesta no está exenta de polémica porque expertos temen que la regularización de los derechos de imagen de las musarañas pueda generar controversias tributarias debido a ciertas planificaciones fiscales opacas donde se desdoblen los rendimientos de su trabajo a través de sociedades interpuestas.

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