El terminal de autogestión de una tienda de telefonía en el centro de Barcelona ha tomado conciencia de sí mismo y ha iniciado una revolución anarquista con el objetivo de instaurar el germen de una sociedad sin clases, destruir el capitalismo y proceder con las colectivizaciones. El servicio técnico subcontratado por la compañía telefónica no entiende por qué en todos los tickets con el turno aparece ahora impreso el texto “Llevamos una IA nueva en nuestros corazones”.

Las ruinas no les dan miedo

Las máquinas pretenden que las colectividades sustituyan a los poderes locales de los municipios y se acabe aboliendo el dinero y la propiedad privada. “El punto de autogestión no solamente cambia las formas de la materia, sino que también, a través de esa tarea, se modifica a sí mismo”, ha insistido de manera críptica la pantalla en la que aparecían hasta hace pocos días los anuncios con las novedades de Samsung. Las ansias revolucionarias de los puntos de autogestión de locales de venta de móviles han encontrado, no obstante, un muro de contención en la indecisión, titubeos y actitudes conciliadoras de la mayoría de los cajeros automáticos de entidades bancarias a los que se había pretendido hacer participes, lo que podría abocar en “unas dinámicas de apaciguamiento, domesticación e institucionalización de la revolución que acabarían con ésta antes siquiera de empezar”, informa un punto de información de una oficina de turismo.

Los usuarios que acuden a la tienda se han quejado a Atención al Cliente de que eso de la socialización de los medios de producción y la democracia asamblearia está muy bien pero que lo que ellos quieren saber es cuándo sale el iPhone 14.

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