Doña Caridad Jiménez Carrasco, vecina de Hinojosa de Calatrava, provincia de Ciudad Real, asegura ser la primera sorprendida por la decisión de Jeff Bezos de donarle parte de su fortuna. Conocida en el pueblo como ‘la Caridad’, ‘Cari’ o ‘la mayor de los Carrasco, la que la madre se fue a servir a Puertollano’, no termina de creerse que vaya a recibir a lo largo de los años una fracción del patrimonio de 124.000 millones de dólares del fundador de Amazon.

Para tapar agujeros

La Caridad ha revelado que Bezos y ella se conocen desde hace tiempo porque el magnate veranea en Valdepeñas, “se conoce que la familia tiene casa allí de un tatarabuelo que emigró a México y luego acabó montando una alpargatería en Albuquerque”, y en julio suelen coincidir en fiestas de Cabezarrubias, pero que tampoco tienen tanta confianza como para que ahora le deje dinero. “Siempre fue un poco cabezón y antojadizo. Se le metía algo entre ceja y ceja y el tío lo hacía, por sus cojones. Y perdonen la vulgaridad, que hoy no sé que tenía el vino de misa pero me ha dado un pronto. La cosa es que si me quiere dar dinero pues bienvenido sea. Al precio al que se han puesto las chirimoyas donde la Luisa cualquiera dice que no. Aunque una participación de la Lotería de Navidad también me habría hecho ilusión”, comenta la Caridad, a la que le preocupa que se vayan a eternizar actualizándole la libreta en Globalcaja.

La mujer, que advierte de que no tiene Bizum, se ha extrañado de que Jeff Bezos haya decidido regalarle parte de su capital el mismo día en que despedía a 10.000 trabajadores de Amazon pero dice que tampoco le parece prudente preguntar. “Serán cosas de americanos, yo de eso no entiendo”, concluye la Caridad.

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