El precio del Cielo sigue subiendo imparable. Si el año pasado los precios crecieron a un ritmo del 5,8% interanual, las previsiones apuntan a que la dinámica se acelerará hasta alcanzar un 7,3% en 2025. Cifras muy superiores a lo que se espera que aumenten las muertes de fieles temerosos de Dios que se hayan portado bien en su vida terrenal. Así se refleja en el observatorio de parcelas celestiales del mes de mayo que ha difundido el Banco Vaticano. El escenario que dibujan los analistas es propicio para que vivir a la diestra del Señor siga encareciéndose. Aunque la elección del nuevo Papa ha aumentado la demanda, gran parte de la oferta continúa en manos de agentes especuladores, por lo que en estos momentos vuelve a ser más fácil que entre un rico en el Reino de los Cielos que un camello por el ojo de una aguja, a menos que sea mayorista de fentanilo.

Porco Dio

El continuado descenso del euríbor hace que las previsiones apunten a que el indicador que define el precio de las hipotecas variables todavía pueda caer algo más y se mantenga al alza el precio de la oferta inmobiliaria de la Gloria Eterna. “Hasta la Reforma Protestante del siglo XVI se podía pagar la entrada a precios razonables a través de bulas papales a plazo fijo. Era un mercado regulado. Pero las Directivas de la Comunidad Luterana sobre Liberalización Financiera y las Privatizaciones y Desregulación Calvinista dejaron vía libre a los fondos buitre. Ir al Cielo se ha puesto por las nubes”, explica el cardenal Lucca Tastralle, asesor financiero de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica.

La Plataforma de Católicos Afectados por la Hipoteca (PCAH) valora la posibilidad de convertirse al Hinduismo o al Budismo porque la reencarnación abre las puertas a un mercado del alquiler después del óbito mucho más asequible.

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