Entomólogos especializados en etología comparada han revelado en un estudio colaborativo por qué las hormigas continúan infestando alacenas, armarios y cajones de la cocina a pesar de que estos se han limpiado concienzudamente y están libres de restos de comida. La investigación mirmecológica sostiene que estos himenópteros siguen en realidad instrucciones de hormigas nutricionista, que les recomiendan acudir a entornos saludables desprovistos de estímulos que pudieran tentarlas a saltarse los rigores de la dieta. La nutricionista es un nuevo tipo de hormiga, de descubrimiento reciente, encargada de gestionar problemas de sobrepeso en obreras con baja autoestima. Muchas de las hormigas que congestionan alacenas recién fregadas estarían desarrollando adicción al amoniaco, por lo que acuden a la consulta de hormigas terapeuta, subclase también inédita hasta ahora dentro de la estructura jerárquica del hormiguero.

Evitar la tentación

La hasta ahora inexplicable moda del turismo saludable de hormigas a ambientes sin restos de comida sería, según los entomólogos, un síntoma de una sociedad consumista que monetiza la inseguridad y refleja valores culturales que priorizan la apariencia sobre la autenticidad. “La culpa la tendrían otros himenópteros que perpetúan modelos normativos irreales. Como la cintura de avispa. Tampoco ayudan programas de televisión como Mi vida con 300 gramos, en los que aparecen abejorros con obesidad mórbida que ejercen de grotescos bufones de los que las hormigas se ríen pero en los que ven reflejadas de alguna manera sus propias frustraciones”, explica la mirmecóloga Marisol Yunalupa.

El colectivo del personal de limpieza dice que del saludable no saben, pero que como cojan la escoba les van a regalar a las hormigas varios packs de experiencias de turismo de riesgo.

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