El colectivo de amantes de la música con buen gusto ha firmado un manifiesto en el que declara que ya odiaba Eurovisión antes de que fuera mainstream. Argumenta que ellos ya boicoteaban el festival por ser una exhibición de chabacanería y “una mierda como el sombrero de un picador” sin necesidad de que Israel tuviera que aplanar Gaza con bombas de racimo. A la declaración de intenciones se han unido otras organizaciones como Señores Heteros que Defienden que Todo Se Fue al Carajo Después del Eres Tú de Mocedades (SHDTSFCDETM) o el Frente Europeo Occidental de Fans que Creen que la Culpa de Todo la Tiene la Caída del Comunismo (FEOFCCTTCC). Estas agrupaciones consideran que promover a estas alturas que la gente no vea Eurovisión es de “oportunistas” y “advenedizos que te preguntan qué tiene que ver Massiel con Rryan Gosling”.

Apocalípticos e integrados

Los firmantes han comunicado que tampoco este año verán la final de Eurovisión, que se celebra hoy sábado en Basilea, porque tienen cosas mejores que hacer como “depilarse los pelos de la ingle” o “tratar de adivinar a qué compositor alemán del siglo XIX se parece la mancha de humedad del baño”. Acerca de la polémica sobre la participación del tema New Day Will Rise de la cantante israelí Yuval Raphael, han dicho que “el propio festival de Eurovisión es ya un crimen contra la humanidad” y que todo lo demás son matices.

El supervisor ejecutivo de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), Martin Österdahl, ha respondido que no les falta razón, pero que, con una generación de ingresos de 30 millones de euros por edición, “como si Eurovisión consiste en perseguir un queso rodante colina abajo”, y ha animado a los rubricantes a hacer un cilindro con el manifiesto e introducírselo por el esfínter perineal si lo considerasen menester.

© elkarma.eus