Según fuentes cercanas a la Policía Nacional, Don José presentó en la tarde del pasado viernes una solicitud de orden de alejamiento contra Don Pepito. De acuerdo con la denuncia, el demandado lo habría estado acosando durante más de cincuenta años, cuando ciertos encuentros casuales acabaron dando lugar a un hostigamiento continuado. El caso está siendo tramitado por las autoridades, que han activado el protocolo correspondiente, ya que Don Pepito también se presenta en casa de su abuela sin recibir invitación ni consentimiento. Don José asegura haber tratado de llegar a un acuerdo amistoso con Don Pepito en varias ocasiones para que deje de asaltarle en una esquina o en el café, pero este no ha atendido nunca a razones.

Ni cortés ni valiente

El caso ha sido derivado al Juzgado de Primera Instancia n.º 2 de Madrid y el juez habría dictado la orden de alejamiento al constatar que existe riesgo inminente, por ser Don Pepito “un tipo requetefino pero también medio chiflao“. A la espera de una evaluación psiquiátrica, este no podrá acercarse a menos de 500 metros o contactar al denunciante ni a ninguno de sus familiares. Los episodios de acoso y hostigamiento se habrían iniciado en 1973 de manera fortuita. “El denunciado se dirigía a mi cliente por la calle y tras responder a su saludo le informaba de que había allanado la casa de su abuela. El señor Don José mostró siempre una actitud conciliadora, movido por el miedo y la prudencia. Pero su abuela es ya muy mayor, tiene la salud delicada, y que se le presente un desconocido en casa cada dos por tres era algo que debía ponerse en conocimiento de la policía”, explica el abogado del demandante.

A pesar de tratarse de dos tipos casi divinos, el tribunal eclesiástico de la Rota está de acuerdo en que el caso lo gestione la Justicia ordinaria.

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