Responsables de organización de tramas corruptas han comenzado a emitir notas internas para advertir a sus integrantes de que no intercambien maletines cuando acudan a ver un concierto de Coldplay. Pagos de sobornos, abonos por favores prestados, entregas de documentación confidencial, liquidaciones por intercesiones administrativas bajo cuerda o cualquier otro tipo de transacción sin factura relacionada con actividades prevaricadoras no deberán realizarse a partir de ahora en las gradas mientras tiene lugar el espectáculo de la banda británica. Las tramas corruptas pretenden de esta manera evitar ser captadas por la KissCam, como le sucedió a Andy Byron, el alto ejecutivo de una empresa de Silicon Valley, despedido de su cargo al ser sorprendido por la cámara durante el show con una mujer que no era su esposa. Las mentes maestras de estas organizaciones criminales entienden que es un engorro pero creen que la discreción es importante.

No lo ponen fácil

La recomendación ha sentado como un jarro de agua fría entre los participantes en las tramas corruptas, al obligarles a cambiar sus rutinas durante los intercambios, retibuciones y desembosos clandestinos. “Es una mierda. Si ya no vas a poder invitar a tu contacto en una empresa gasística a asistir a un concierto de Coldplay para aprovechar el momento y que te entregue un sobre, apaga y vámonos. En qué mundo estamos viviendo…”, comenta un ex alto cargo de la Agencia Tributaria que empieza a pensar que los buenos son Radiohead.

Cárteles de asesinos a sueldo también han divulgado la advertencia, para desazón de sus operativos. “¿Nada de tiro en la nunca o navajazo en la grada? ¿Que tengo que esperar a que el objetivo vaya al baño? Hostia puta, que a mi no me pagan por horas”, se queja un sicario afectado.

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