Varios grupos de personas alérgicas al veneno de las abejas han denunciado ante la Administración lo que consideran “un caso claro de abandono institucional”. Los integrantes de este colectivo afirman encontrarse en una situación de indefensión y consideran que el sistema legal tiene “demasiada manga ancha” con estos insectos voladores. Concentraciones multitudinarias a la puerta de los ministerios de Justicia, Agricultura y Derechos Sociales han congregado a individuos con hipersensibilidad a las toxinas generadas por himenópteros que condenan que ninguna abeja haya sido detenida tras matar a un apicultor en Teruel la semana pasada. Durante algunas de estas manifestaciones se han quemado cajas de cereales Miel Pops de la marca Kellogg’s y han llamado “asesino” y “terrorista” a un fan de Yo fui a EGB que pasaba por allí vistiendo una camiseta de la abeja Maya.

Laxitud legal

Las protestas de alérgicos en contra de la impunidad de las abejas implicadas en delitos violentos han encontrado el apoyo de organizaciones como la rama entomológica de Deport Them Now o Aliança Anafiláctica Catalana. Sostienen que la excusa de considerar a las abejas inimputables por reconocerlas desde las instituciones como un agente clave en el mantenimiento del equilibrio ecológico del planeta es “otra patraña más de la Agenda 2030” y ya han llamado al boicot de comercios que vendan jerseys de rayas negras y amarillas.

“Nos están diciendo que la agricultura depende de las abejas. Eso es una puta mentira. No he visto en mi puñetera vida a una sola abeja cargando un cajón de tomates. Y no será porque no lo hemos intentado. Que últimamente los marroquíes están de un subidito con eso de los derechos laborales…”, declaraba un diputado de Vox de la Asamblea Regional de Murcia.

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