La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha comunicado que la ola de calor que afectará a toda la península a partir del domingo y hasta aproximadamente el martes de la próxima semana, es “una oportunidad excelente” para que ciudadanos de todo el Estado vayan pudiendo aclimatarse a un apocalipsis nuclear. Que el levantamiento unilateral de Rusia de la auto moratoria que se impuso en 2019 sobre el tratado de desarme INF, reservandose ahora el derecho a desplegar misiles de corto y medio alcance cuando lo considere necesario, haya coincidido en el tiempo con la inminente entrada en la península ibérica de una masa de aire cálido y seco de origen africano que podría provocar máximas de 45º a la sombra, ha sido considerado por los meteorólogos como “providencial” y “de lo más didáctico”.

Menuda suerte

La población, siempre agradecida por todo lo que tenga que ver con estar prevenida ante contingencias, ha celebrado la oportunidad que brinda la nueva ola de calor y muchas ciudadanos aseguran ahora tener “un poquito menos de miedo, aunque sí respeto” al hecho de que los misiles balísticos de alcance intermedio (IRBM) y corto alcance (SRBM) rusos dispongan de capacidad nuclear. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha pedido públicamente que en estos días no se salga a la calle con protección solar “porque eso sería hacer trampas y todo el proceso pedagógico de aclimatarse ante un pulso térmico atómico quedaría en agua de borrajas”.

Los habitantes de la cornisa cantábrica gozarían de ventaja, en cualquier caso, sobre el restro de territorios peninsulares porque después de cada brevísima ola de calor veraniego siempre llegan muchos más días que simulan el invierno nuclear.

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