Conductores de todo el Estado que no han podido irse de vacaciones han convocado un acto de solidaridad y se pasarán todo el domingo 31 metidos dentro de su coche coincidiendo con la Operación Retorno. Este gesto altruista de propietarios de un vehículo pretende conmemorar tantas y tantas horas en carretera en épocas de bonanza económica, cuando podían permitirse irse fuera de vacaciones y regresar a casa entre pitadas de claxon, vomitonas, gritos de “¿Falta mucho?”, olor a gasolina, quemaduras de segundo grado en el antebrazo izquierdo e insultos, desde el cariño, a otros conductores. La DGT ha recomendado prudencia y ha pedido a quienes vayan a participar en el acto dentro de parcelas de garaje que apaguen el motor de vez en cuando porque el monóxido de carbono provoca una ligera euforia al principio pero la diversión acaba pronto.

Echar el día

Aunque aún faltan varios días para que los conductores que han tenido que permanecer en su domicilio todo el verano se pasen el domingo dentro de su coche, cambiando marchas, acelerando y decelerando o sintonizando la radio, muchos ya han comenzado a ultimar los preparativos. “Yo personalmente lo tengo todo listo. Ropa fresquita, calzado cómodo, gafas de sol y dos packs de seis latas de cerveza para que se haga más ameno. Lo mismo que cuando íbamos a Torrevieja. Antes del ERE. Aquello de invertir en sellos parecía tan buena idea en su momento…”, explica un automovilista anónimo con la voz cada vez más queda.

Algunas familias llevan desde el fin de semana pasado ensayando sus roles para el acto solidario, aunque la mayoría confía en la improvisación. “A mí me ha tocado hacer de la voz del GPS. Y pienso inventarme las incorporaciones a la autopista que me salgan del coño”, afirma la hija adolescente de la propietaria de un Dacia Santero.

© elkarma.eus