Txarriboda News 1463 (03-09-2025)
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La chica de la curva considera que la proliferación de los viajes en BlaBlaCar ha matado el autostop y que sus desplazamientos por carretera se han vuelto cada vez más inhóspitos, incómodos e incluso desagradables. La mujer, conocida por aparecerse en medio del arcén haciendo dedo, generalmente vestida de blanco, montarse en el coche que se detiene a recogerla y, en un momento dado del recorrido, decir “En esta curva me maté yo” y desaparecer, cree que desde que los viajes se organizan a través de la plataforma digital de servicio de vehículo compartido, el tránsito por rutas solitarias ha perdido toda su magia. La chica de la curva asegura que el ambiente que se respira muchas veces en los coches que la paran y que operan con BlaBlaCar es distendido o, por el contrario, excesivamente tenso, así que, bien por una cosa o por la otra, para cuando ella dice lo de la curva, grita y luego se esfuma, “ni dios en el coche me ha estado haciendo ni puto caso y ni se enteran, así que nada de todo este paripé tiene ya sentido”. Todo degenera La veterana autoestopista, que lleva décadas apareciéndose en las inmediaciones de curvas peligrosas, es consciente de que la subida de precios del combustible y la pésima programación radiofónica de madrugada ha favorecido la popularización de BlaBlaCar, en detrimento de la intimidad y la atmósfera de los desplazamientos nocturnos. “Hace años te paraban, te montabas, observabas al conductor con gesto ensayado, hacías como que te ponías nerviosa, cuando te acercabas a la curva hacías el numerito y sólo con ver la cara de gilipollas que ponía te alegraba el día. Eso se ha perdido. Ahora el coche está lleno de peña y ni te miran”, se queja la chica de la curva, harta de que encima le hagan pagar los costes de la gasolina y de los peajes por adelantado. © elkarma.eus |
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