Un vecino de Avilés que había llamado en la hora de la siesta a un amigo para solicitarle ayuda con una mudanza a cambio de invitarle luego a unas cañas ha sido denunciado por este acusándole de spam telefónico. El demandante, que advirtió al hombre durante toda la llamada de que se encontraba inscrito en la Lista Robinson, asegura haberse limitado a ejercer sus derechos al poner en conocimiento de la Agencia Española de Protección de Datos el suceso. En virtud de la Ley General de Telecomunicaciones, actualizada en 2022 y vigente desde el 29 de junio de 2023, que prohíbe las llamadas comerciales sin consentimiento, el solicitante de asistencia en el traslado de cajas, mobiliario y otros enseres entre su antiguo domicilio y el nuevo, ofertando como contraprestación un refrigerio a base de bebidas alcohólicas, habría incurrido en una llamada comercial canónica con dolo porque, siempre según la AEPD, “el llamante sabía que a la hora de la siesta el llamado está medio gilipollas y dice que sí a todo”.

Ya iba siendo hora

La Agencia Española de Protección de Datos ha impuesto una multa de 5.000 euros, que se tramitará a través de un procedimiento administrativo, no judicial. El señor asturiano asegura encontrarse en estado de shock ante la inesperada evolución de los acontecimientos y confiesa que ya sabía que su amigo tenía tendencias pasivo agresivas pero que esto no se lo esperaba. “Si no quería cargar con la mesa de mármol por las escaleras de mi edificio sin ascensor sólo tenía que decirlo, en vez de contarme milongas de un náufrago… ¿o de una cincuentona cachonda? Bueno, yo qué sé, ahora mismo no me acuerdo…”, comentaba estupefacto el sancionado.

La sentencia ha marcado un antes y un después que llena de esperanza a millones de consumidores hartos de que allegados les arruinen el fin de semana. Y la siesta.

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