Un taciturno Benjamín Netanyahu ha pedido a su Estado Mayor que redacte un informe de urgencia sobre el despliegue militar en Gaza para averiguar si algún perrito o gatito falleció durante la campaña de bombardeos sobre población civil. Según fuentes cercanas al Gobierno israelí, el primer ministro apenas es capaz de concentrarse en las tareas que le conciernen en el contexto del Plan de Paz de Gaza de 20 Puntos y vive obsesionado con la posibilidad de que alguna de las bombas MK-84 lanzadas en la Franja, y capaces de abrir cráteres de hasta doce metros de diámetro, pudiera haber lastimado a alguna mascota que anduviera suelta por la calle. Netanyahu ha comunicado que para supervisiones de retiros parciales de tropas e intercambios de rehenes está él cuando sólo es capaz de pensar en estos momentos en cachorritos tristes y asustados.

Cruza los dedos

Mientras los líderes de EE.UU., Egipto, Qatar y Turquía firmaban el memorando de paz en la cumbre de Sharm el-Sheikh, Benjamin Netanyahu habría decidido permanecer en Israel mirando videos de gatos en TikTok para tratar de animarse. “Mira qué caritas. Con esos bigotitos. Oooooh. Este se ha quedado atascado en el hueco de la cama al intentar saltar a la mesilla de noche. Pobre. Y pensar que alguno haya podido pasarlo mal en Gaza. Eso nunca me lo perdonaría”, se le oía decir al otro lado de la puerta de su despacho, en palabras de miembros de su gabinete y otros militantes del Likud.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha puesto en contacto con Netanyahu para mandarle fuerzas y recordarle que ella gestionó durante un tiempo la cuenta de Twitter de Pecas, el perro de Esperanza Aguirre, por lo que a empatía no la gana nadie, y se solidariza con sus razonables preocupaciones.

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