Según un estudio que han publicado la Peña Unificada de Amigos de la Justificación (PUAJ) y la Asociación de Comemierdas (ASCO), si se dejan a un lado los más de 12.600 civiles muertos y más de 29.000 heridos, los 2.400 niños muertos o heridos, los más de 7,3 millones de ucranianos que han dejado el país, los 7,1 millones desplazados internamente, que más del 10% de las viviendas estén dañadas o destruidas o que haya 2 millones de familias sin un refugio y 12,7 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria, la guerra provocada por la invasión de Ucrania por Rusia en febrero de 2022, “ha hecho más bien que mal”. Es la conclusión que destaca el sociólogo Jaime Tralleta a la luz de los datos acumulados tras casi tres años de sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor.

Dron dinero

No en vano, señala el economista Juancar Naza, el gasto militar mundial alcanzó en 2024 su mayor incremento interanual desde el final de la Guerra Fría. Pero Naza, investigador del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz, señala que los beneficios de los que hablan la PUAJ y el ASCO van más allá de los fríos números. “Aunque poderoso caballero es Dron dinero”, concede. Jaime Tralleta también resta importancia a las cuentas a corto plazo y señala, parafraseando a John Maynard Keynes, que a largo plazo “tampoco importan” porque todos estaremos muertos. “Es difícil valorarlo, especialmente para los ucranianos, como lo fue para los españoles entre 1936 y 1939”, ilustra el coronel en la reserva del ejército francés Jean Paul Position.

Tralleta y Position creen que, una vez pasado el “hype de Gaza”, la opinión pública europea volverá su atención de nuevo a Ucrania y sabrá apreciar en todo su esplendor las Gernikas allí ocurridas y la “enorme innovación socio política que traen consigo”. Según Tralletas, en Europa ha vuelto a amanecer.

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