El Ministerio de Sanidad ha anunciado un nuevo paquete de medidas para el control de la tercera ola de la pandemia, que incluirán la obligatoriedad de caminar por la calle haciendo el pino “para que las partículas que transportan el coronavirus tengan más difícil su transmisión por vía aérea”.

La gravedad como aliada

La polémica suscitada por la escasa capacidad de algunos tipos de mascarillas de contener la propagación del SARS-CoV-2 quedaría zanjada con la nueva norma sanitaria. “Unos ciudadanos podrán caminar en posición de bipedestación, o sea normal, y otros deberán hacerlo boca abajo para que el flujo de emisión del efecto aerosol vaya directo a las rodillas y no haya peligro de contagio”, explica Aitor Tícolis, maquetador de croquis en servilletas del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Desde el Ministerio se ha querido tranquilizar a la población y ha informado de que a los ciudadanos les tocará andar haciendo el pino en días alternos y no todos los días “porque eso sería una locura”. Las personas con movilidad reducida que deban desplazarse en silla de ruedas podrán continuar haciéndolo “siempre que su cabeza no sobrepase el ombligo del resto de paseantes” en cuyo caso contrario deberán contratar los servicios de una grúa con electroimán “subvencionada por las administraciones en función del nivel de ingresos, llegado el caso”, puntualiza Tícolis conciliadoramente.

La medida reafirma la voluntad de Carolina Darias, ministra de Sanidad tras la salida de Salvador Illa, de enfocar la gestión de la pandemia “desde un nuevo punto de vista”.

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