El Consejo Superior de Colegios de Espiritistas y Mediums ha presentado un escrito al Ministerio de Sanidad y a las diferentes Consejerías de Salud del Estado, para denunciar la situación de desamparo en la que se encuentran los profesionales de su gremio. Considera que no existen unas medidas sanitarias claras para invocar a fallecidos del coronavirus.

Con el alma en vilo

“Como no se sabe si hay fallecidos por la COVID desde marzo o desde diciembre, y entonces no se hacían test, pedirle a un alma errante que abandone el limbo y se manifieste es una ruleta rusa del contagio”, asegura Aramís Fustergoitia, vocal del Consejo. El colectivo de taumaturgos no oculta su preocupación ante el hecho de que “los espíritus no siempre se presentan con mascarilla, porque, con el ectoplasma, se sofocan”. Además, “a veces se aparecen grupos que dicen que son legión y ni mantienen la distancia social, ni nada”, explica Fustergoitia, mientras trata con dificultad de mover un vaso sobre la tabla de ouija con los guantes de látex puestos. También le preocupa el asunto de la trazabilidad de los finados, al ser “muy complicado desarrollar Apps de rastreo compatibles con los dispositivos del Más Allá”.

El Consejo estaría valorando la posibilidad de celebrar sesiones a través de Skype o Zoom, pero “los fantasmas son recelosos de usar las nuevas tecnologías después de la mala fama que les creó lo del televisor en Poltergeist”.

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