Asociaciones de consumidores han denunciado ante el Ministerio de Sanidad de Italia que en una ‘corona party’ celebrada en Milán se han estado consumiendo viales del coronavirus caducados. La falta de contagios tras horas de estornudos a la cara y concursos de lamer barandillas han hecho saltar las alarmas que han conducido a la querella.

Confianza traicionada

Los ciudadanos italianos antivacunas que desean alcanzar la inmunidad “a través del cachondeo, una higiene distraída y mucho roce, vamos, como se ha hecho toda la puta vida” se encuentran muy preocupados por la falta de ética de los organizadores de la fiesta, que habrían repartido ampollas con la carga vírica pasada de fecha. “No sabemos si estamos hablando de picaresca o de negligencia, pero yo no me he bebido dos litros de saliva, me he montado una orgía con todo el equipo técnico del Spezia Calcio y he estado bailando agarrado toda la noche por diversión. Aquí he venido a contagiarme para pasar el bicho a pelo y no tener que ponerme una vacuna de esas, que a saber lo que llevará dentro…”, explica Lorenzo Pencco, estudiante de farmacia, asmático y aquejado de fibrosis quística crónica, mientras comprueba molesto que se le acaba de terminar la cajetilla de Marlboro.

Los promotores del evento han dicho que los viales presuntamente caducados pertenecían a un pedido de ‘corona kits’ comprados a proveedores holandeses a través de Amazon DeepWeb Premium, lo que hace sospechar de agentes quintacolumnistas dentro del colectivo antivacunas neerlandés. “Mucho Ayn Rand, mucho Miguel Bosé y luego cuánto rajao…”, declara uno de los denunciados.

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