Ver dar vueltas al tambor de la lavadora se ha colocado en los primeros puestos del share, muy por encima de El Hormiguero y a años luz de La noche D, cuya dirección se plantea sustituir a Dani Rovira por una aspiradora Roomba “mucho más versátil en pantalla y con unas cláusulas del contrato muchísimo más flexibles”.

En riguroso directo

La contemplación de electrodomésticos haciendo cosas se ha convertido, junto con las plataformas de streaming y el auge obtenido por los canales privados para ver deportes, en el principal rival de las televisiones generalistas en la pugna por el liderazgo de cuota de pantalla. “Yo veía Sálvame cuando despellejaban en directo a gente que me provocaba sentir superioridad moral. Después los presentadores abrazaron el civismo y la corrección política, y saltaron el tiburón. Descubrir el programa con prelavado y centrifugado de mi lavadora me ha salvado la vida. Ya no veo otra cosa. A veces me pongo el programa mini de 30 minutos para coladas pequeñas, en plan sitcom”, explica Juancar Gafrontal, que tiene un amigo en Balay pero como ha quitado el doble tick azul no sabe si le llegan los whatsapps. El segundo puesto de share se lo llevaría mirar cómo da vueltas la bandeja del microondas, con una audiencia tránsfuga procedente de los documentales de La 2. “La mayoría de las veces no pasa nada, pero en ocasiones te olvidas de poner la tapa y explota una salchicha de Frankfurt. Es muy emocionante. La lavadora es demasiado generalista”, comenta en foros un espectador anónimo.

Responsables de contenidos de Bosch, Whirlpool y Teka ya han comenzado a contratar guionistas de cara a la nueva parrilla de programas de esta primavera.

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