El Congreso de los Diputados ha comunicado a través de su página web que logopedas y pedagogos especializados en trastornos psicomotrices y de aprendizaje asistirán a sus señorías durante las sesiones de votación parlamentaria “para que nadie se sienta excluido por no verse capaz de acertar en el botón correcto”. El equipo de terapeutas trabajará de manera personalizada con los diputados para que no caigan en la frustración “porque cada uno llega hasta donde puede”.

Poco a poco

El error de Alberto Casero, diputado del PP, durante la votación de aprobación de la reforma laboral de la semana pasada, y el fallo en el conteo de resultados de la presidenta de Congreso, Meritxell Batet, son sólo la punta del iceberg de un drama que muchos diputados y diputadas viven en silencio y que a menudo se camufla a modo de despistes puntuales para evitar ser estigmatizados. “En lo que va de año, sus señorías se han equivocado de voto en el 21% de las votaciones en el Congreso. El hecho de vivir en un mundo tan competitivo o el miedo a tener que explicar estas carencias a votantes y otros miembros del partido que no tienen problemas para dividir con llevadas sumen a los parlamentarios en una espiral de abatimiento y de huida hacia adelante. Son muy pocos los que piden ayuda especializada. De ahí la necesidad de facilitarles el camino”, explica Agustín Tegración, jefe del gabinete psicológico de la Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes.

El equipo de logopedas se encuentra “moderadamente satisfecho” con los resultados de la experiencia piloto con marionetas y temas de Cantajuegos y estiman que el nuevo sistema de asistencia en votaciones estará plenamente operativo para las sesiones plenarias de abril.

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