Según el informe anual de Instagram sobre tendencias trendy de autofotos, los selfies junto a columnas de tanques T-72, lanzacohetes Uragan-1M y vuelos rasantes de escuadrillas de MIG-29 en los alrededores de Kiev han desplazado en el ranking a los realizados en Chernóbil. Las fotos bañándose en el lago tóxico coruñés de Monte Neme han quedado relegadas a una discreta tercera posición.

Megapixels de ilusión

Miles de influencers de todo el mundo llevan una semana desplazándose a la capital de Ucrania, cercada por las tropas rusas, para sacarse selfies que les granjeen el respeto y la admiración de sus seguidores en redes sociales. “Tomarse una foto sacando la lengua y haciendo el signo de la victoria junto a un palé de material radiactivo en una escombrera de Prypiat estaba bien, pero eran instantáneas muy estáticas, como sin vida, carentes del dinamismo que nos ofrece un pelotón de las fuerzas especiales de Chechenia avanzando en formación al fondo”, explica kalimera.99 mientras trata de coordinar un salto lateral que coincida con el momento exacto en el que un misil impacta contra un bloque de edificios.

Diversos foros han alertado a influencers y tiktokers de los peligros de hacerse selfies en una zona de conflicto armado. “Hay que tener mucho cuidado con la exposición de la lente, porque si tenemos activado el flash cuando estalla una granada de mano la foto puede quedar muy saturada y no se aprecia el contraste de negros” o “Es mejor pedirles a los spetsnaz que se muevan más despacio porque si no salen movidos y hay que repetir el selfie” son algunos de los comentarios que se pueden leer en las cuentas de populares instagramers.

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