La curia romana se encuentra dividida ante la decisión del Espíritu Santo de abrir una clínica de fertilidad dentro del Vaticano para aquellas fieles que deseen concebir siguiendo la metodología de la Virgen María. Si bien el Papa Francisco considera que se trata de una maniobra oportunista por parte del Espíritu Santo, que se aprovecha del contexto de las recién finalizadas navidades y la omnipresencia de Belenes para hacer negocio, el Instituto para las Obras de Religión, más conocido como Banco Vaticano, no encuentra pecaminoso seguir el precepto divino de “creced y multiplicaos” mientras se apliquen unas tarifas competitivas.

Mirando al futuro

Según puede leerse en los folletos que ya han comenzado a repartirse entre los turistas que visitan la Santa Sede, la clínica se abrirá en las instalaciones del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y los precios oscilarían entre los 3.500 y los 5.000 euros, en función de las necesidades de los clientes. Aunque la idea es aplicar el ‘know how’ y la tecnología empleada para inseminar a la madre de Cristo sin comprometer la virginidad de la paciente, la clínica ha querido dejar claro que el tratamiento de fertilidad no implica que el niño o niña nacidos con este sistema vayan a poder caminar sobre las aguas, convertir el agua en vino o resucitar muertos. “Con un poco de entrenamiento, disciplina y voluntad a lo mejor de mayores son capaces de pegar palizas a mercaderes que se encuentren vendiendo a las puertas de un templo, pero eso ya va a depender del muchacho o muchacha”, matiza el Camarlengo de la Iglesia Kevin Farell.

La clínica estaría participada por el conglomerado Santísima Trinidad del que el Espíritu Santo posee el 33,33% de las acciones.

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