La operación Antígeno sin remitente, en la que han participado diferentes cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, ha desarticulado la red clandestina de carteros que se dedicaba a pasear a personas, dentro del carrito de reparto, en localidades confinadas. Los cabecillas se encuentran detenidos a la espera de pasar a disposición judicial.

Delito sobre ruedas

La trama, organizada por un grupo de funcionarios de Correos que operaban en varias comunidades autónomas, se dedicaba a captar ciudadanos que deseaban salir a dar un paseo pero no podían abandonar sus casas a causa del confinamiento. “Previo pago, se escondían en un compartimiento secreto del carrito y se desplazaban de manera aviesa e ilegal hasta el punto pactado”, explica Maite Legrama consultora de la policía y doctoranda de una tesis sobre el escándalo de Forum Filatélico. “Unas veces se bajaban en una lonja que organizaba una fiesta rave, otras simplemente daban vueltas. Algunos se disfrazaban de paquete de Amazon, pero la tarifa era más cara”, prosigue Legrama.

Aunque los carteros implicados aseguran que obligaban a sus “clientes” a llevar mascarilla, todos los repartos postales se encuentran suspendidos hasta nueva orden, según Maite Legrama, “a menos que sean citaciones judiciales o cartas del banco, que tampoco es plan de volvernos locos”.

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