Txarriboda News 90 (28-10-2020)
![]() |
||
![]() |
||
El confinamiento decretado en Euskadi, que amenaza con agravar la crisis de la hostelería, ha provocado, no obstante, que el negocio de emparedar gente esté viviendo un florecimiento sin precedentes. La confusión que genera en la ciudadanía las noticias sobre el desplazamiento entre localidades limítrofes, el aforo en locales o los toques de queda, ha llevado a muchas personas a solicitar los servicios de emparedadores que les encierren es sus domicilios detrás de muros de hormigón armado o ladrillo caravista. Distancia social intramuros “En casa siempre hemos sido muy fans de Edgar Alan Poe. Y como sabemos que a la gente le falta fuerza de voluntad para ser constante durante los confinamientos, decidimos ofertar emparedamientos”, explica Julen Kofrado, albañil autónomo y uno de los pioneros en ofrecer estos servicios. “Hacemos emparedamientos individuales o familiares, dependiendo un poco de los metros cuadrados de la vivienda, y nunca trabajamos con pladur, que te lo cargas de una hostia y esto va de todo lo contrario”, desarrolla Kofrado mientras prepara la masa y asegura que la intervención no requiere permiso de obra. Las paredes contarían con una abertura para introducir la comida, que podrían llevar varios servicios de mensajería “con los que vamos a comisión”, siempre y cuando se deje la puerta de la calle abierta. Miles de clientes potenciales ya se han mostrado interesados, a pesar de que el servicio de desemparedamiento, una vez finalizado el confinamiento, sea tres veces más caro y sin derecho a reclamación. © elkarma.eus |
![]() |
|
Pincha aquí para volver al listado de noticias. |