El presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, asumirá con carácter inmediato o “lo antes que se pueda” la presidencia de los EE.UU. La decisión, aprobada por la Cámara de Representantes y el Senado, con el asesoramiento desinteresado de las Fuerzas Terrestres, la Armada y la Fuerza Aérea rusas, persigue que “casi todo” el arsenal nuclear del planeta se concentre en una única persona ante el enrarecido clima político norteamericano.

Tiempo de amor y esperanza

“El horno no está para bollos, así que entre que aparecen los 200.000 votos por correo que ha traspapelado el Servicio Postal, se recuentan por séptima vez las papeletas de Michigan, Wisconsin y Pennsylvania, convencen al Tribunal Supremo de que no se coja vacaciones para visitar Canadá justo ahora, a Joe Biden le recalibran el braguero ortopédico, y a Donald Trump le cambian la dosis de Torazina, nosotros vamos haciendo”, declara Dimitri Kitisha, agregado cultural de la embajada de Rusia en Washington y experto en bricolaje con uranio. Putin, que ha afirmado que la resolución le ha pillado por sorpresa en un videomensaje grabado a finales de la semana pasada, ha encargado que le incluyan en la orla de Presidentes de los Estados Unidos, “pero desde la humildad”.

Las tripulaciones de los submarinos nucleares rusos fondeados en New York, San Francisco, Galveston y Fort Lauderdale esperan con emoción y mascarillas la ceremonia de traspaso de poderes porque “una vez más ha triunfado la paz”.

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