La era Reagan hizo mucho daño a los dibujos animados de la época. Pero a los nostálgicos que seguían aquellas series se la sudaba. El estándar «Grupo de machotes con vehículos ultratecnificados vestidos con uniforme de diferente color que se hartaban de pegar tiros pero nunca moría nadie» era todo un clásico. Si se sumaban robots gigantes la nocilla entraba en ebullición.

Los caballitos, toboganes y demás artilugios de ocio infantil suelen ser seguros. Los adultos meten la zarpa y convierten estas inofensivas atracciones en aparatos de tortura. Unos meten los dedos en el enchufe y otros enchufan una moto a un columpio. Lo mejor se hace esperar.

Mucho antes del advenimiento de las suecas a las costas españolas o del escándalo Opening, Franco ya hacía sus pinitos con el inglés. Impagable la cara de satisfacción al final del video, cuando pronuncia la única frase en castellano y levanta la mano derecha como diciendo «Toma buena».