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Las mentes gazmoñas y bienpensantes pretenden hacernos creer que los animales son más puros y nobles que los humanos. En realidad les canta la misma mala virgen que al homo sapiens, pero los pobres son cortitos y su grado de crueldad llega hasta donde llega. Pero de ahí a ser unos angelitos, no va nada…
Nº 1. Educación
Es muy fácil decir que los animales son más nobles porque sí. De ser así, las causas serían ambientales y no biológicas. Si ponemos a un enjambre de abejas, a una bandada de estorninos o una “troupe” itinerante de gorilas de lomo plateado a hacer cola durante cinco horas delante de una ventanilla de la Administración Pública, para entregar un impreso, enseguida se desatarán las malas maneras.
Nº 2. Agresividad
Conceptos como solidaridad o armonía natural se aplican a menudo a animales que viven en comunidad. Pero hay que verles en época de cortejo o cuando varios machos dominantes se quieren hacer los amos del cotarro. Entonces comienzan las hostilidades y las patadas a la entrepierna. Vamos, que si los animales no usan pistola es básicamente porque no tienen dedo índice para apretar el gatillo.
Nº 3. Obediencia
Los animales tienen fama de nobles y fieles a sus congéneres y a sus superiores, “no como los díscolos humanos, que venden a su madre por un puesto de funcionario o una tortilla de boquerones recién hecha”. Pero que pregunten a algunos canes, cuando acaban hasta el moño del “siéntate”, “hazte el muerto” o “muérdele a ese señor bajito”, la mala leche que gastan royéndole la rabadilla a sus dueños.
Nº 4. Supervivencia
El Libro de la Selva y las historias de niños salvajes han hecho mucho daño. Si un humano se pierde en un territorio dominado por animales silvestres es difícil que estos le marquen el camino hacia la civilización con pancartas fosforescentes ni que le inviten a un té con pastas antes de partir. Lo más probable es que acabe convertido en la guarnición del antílope con patatas panadera.
Nº 5. Ensañamiento
Se dice que los animales no son violentos ni crueles, y que sólo responden a provocaciones. Sin embargo, las orcas se lo pasan como enanas ensayando saques de bádminton con las focas antes de merendárselas, y los gatos operan de fimosis a los ratones, sin anestesia, cuando les da el punto. Como son seres irracionales no se les aplica lo de que, con las cosas de comer, no se juega.
© humorenlared.com |
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