He reformado mi casa, he tirado tabiques, he cerrado espacios, he puesto molduras… El otro día me di cuenta de que me he dejado a mi marido emparedado entre lo que era la cocina y el baño. El tío se pasa el día pidiendo que lo saque de ahí. Sí, hombre, con la pasta que me ha costado y lo bonito que ha quedado el comedor, cojones. No me meto yo en obras otra vez ni jarta. ¿Soy una insensible?
Emma Meluca
Reconozco que es una decisión difícil. Lo mejor es que hagas una agujero en la pared disimulado con una claraboya translúcida para que al menos al hombre le puedas dar de comer. Convéncele para que trabaje desde casa. Tu marido te va a venir de perlas para ayudarte a hacer rozas. (Más…) |