El Ampli: Nuevos presentes sin futuro
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![]() Una amiga cumple años. No le hace mucha ilusión, así que me propongo comprarle un regalo espectacular, para que me recuerde toda la vida. No sé por dónde empezar, así que voy a lo seguro. Le voy a regalar una televisión de plasma. Con más pulgadas que la última mecidión antropométrica de Nacho Vidal. Acudo a la tienda, musitando varios temas del Egunero Hasten da de Basaki. Un poco de heavy metal anima el espíritu. Entro a la tienda sin que el metal deje de anidar en mi cabeza. Pero la tonada mental del disco Rem de Heldar se me corta de golpe. Lo que yo creía que era el número de referencia de los televisores, más largo que un día sin pan, es el precio. Cuando pregunto si está en pesetas me sacan de mi error. Son euros. Eso duele. El dolor me recuerda que Audio’s Pain han sacado nuevo disco, Mind, Body & Soul. Siempre he tenido fe en el rock indie de corte electrónico, pero con esos precios la tecnología punta me produce sarpullido. Desde luego, qué conflicto más Bipolar, exactamente como lo nuevo de Sonidoex, los antiguos Culturaprobase. Creo que voy a cambiar de regalo. ¿Por qué me decanto? Un perfume. No, para eso le regalo un bote de gel de baño. Pero podría tomárselo a mal. Mejor ropa. En el establecimiento sólo venden ropa vintage. Parece La casa de la abuela, que diría Chamuyo. Con tanto color chillón y tanto corte hortera pareciera que los clientes viven en El reino de los ciegos, como Hombres Solos. Aunque la sección de ropa de playa me recuerda más al flamante disco de Últimos bañistas. Yo es que soy más de tonos Grises. Vaya, ese es el nombre de los autores de El hombre bolígrafo, con su pop optimista a pesar del nombre. Espera, ¿un bolígrafo? No, eso sería cutre hasta para mí. Todo por las pastas Me decido por un libro. Con eso siempre se acierta. A mi amiga nunca la he visto leyendo pero imagino que está alfabetizada. Tal vez es mucho suponer, pensando en que lo único que se lleva para leer en el baño son cajas de cereales. Imagino que por la fibra. Le puedo regalar Moby Dick. Pero a lo mejor se acuerda del grupo. Su último disco se llama Campo y cama. A ver si se va a pensar que es una indirecta y la liamos. Será por opciones ¿Un libro de cocina? No. ¿Uno de autoayuda? A ver si se lo toma a mal. Tampoco. ¿Será fan de Dan Brown? Mejor no pienso en ello. Eso sería imperdonable. Mejor que sea FAN de Facto y los Amigos del Norte, que no todo van a ser flores azules. Lo del libro no parece tan buena idea. Los estantes en vez de parecer los de una biblioteca parecen los de una Limboteque. Y para eso ya están los valencianos responsables de The way, the wind, the van… Creo que ya he dado con la solución. Una idea soberbia. Superbia, que dirían los Sôber. Voy a hacer caso a El Noi del Sucre, voy a hacer un regalo A mi manera. Una tarjeta de felicitación fabricada por mí mismo. Un presente personificado, elegante, original, sencillo y, sobre todo, barato. Me emociona tanto mi propia idea que acudo a un bar a festejarlo. Y luego a otro. Al final se me pasa el tiempo entre cañas, gintonics, cubatas, sangrías y solisombras de media tarde. La fiesta de cumpleaños empieza en media hora y no he preparado nada. Garabateo una servilleta con un “Deseo que te guste”. Lo que importa es la intención. Medidas extremas Acudo a la fiesta. Veo a mi amiga. Le doy el regalo y me quedo esperando el abrazo y el beso de rigor. En vez de eso recibo un rodillazo directo en la entrepierna. Debo reconocer que ella sí que no ha tenido problemas en darme mi regalo. Le ha salido del alma. Javi Trilobite © humorenlared.com |
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