Hasta la fecha nadie en Ezker Batua ha emprendido acciones legales contra Xabier Agirre, candidato del Partido Nacionalista Vasco a Diputado General de Araba, por sus revelaciones. Según Agirre, a cambio del apoyo de sus dos junteras a su investidura, EB le habría pedido al PNV el oro, el moro y cuarenta puestos «de trabajo» para los cesantes de la formación izquierdista. Pese al despliegue negociador que al parecer incluía mesa A, mesa B y vasos comunicantes como para una boda, no pudo ser. Se empieza sorteando derechos en el Gobierno Vasco y se acaba negociando privilegios en los despachos.

La borrachera de poder acabó en resacón y el Arabagate se estudiará como ejemplo de alta política vasca. Las colocaciones que exigía Ezker Batua desbordaban las fronteras alavesas: BBK, Teatro Campos de Bilbao (sí, el de la SGAE)… La subsiguiente cadena de declaraciones, dimisiones, acusaciones y broncas entre Madracistas y Aranistas a propósito de censos, cuentas, contratos y poderes resulta patética. Y todo en nombre de la izquierda, la igualdad, el socialismo y la República. Mucha coz para poco martillo.

Julio Albitre Polo, director de EL KARMA.